El cuerpo se queja y cada vez grita más fuerte si no le escuchamos. Muchos vamos todo el día con múltiples tareas a resolver, con pensamientos a toda velocidad, tapamos emociones con comida, estimulantes y actividades. Esta manera de vivir que tenemos aquí en occidente nos aleja de nosotros mismos. Buscamos fuera lo que no nos damos dentro ¿No sería más fácil tener la valentía de mirar hacia dentro, a ver qué pasa?
Es muy importante entrar en contacto con nosotros mismos para poder vivir de forma coherente, más conectados, saludables y felices.
Además, como más nos conozcamos a nosotros mismos mejor nos relacionaremos con nuestro entorno. Las relaciones que tenemos fuera son un reflejo de cómo nos comunicamos con nosotros mismos. Si no tenemos un diálogo interno fluido ¿cómo vamos a saber poner límites sanos fuera? ¿Cómo voy a saber lo que es bueno para mí sin escucharme? ¿Lo que necesito? ¿Des de dónde voy a tomar decisiones? ¿Des del miedo? ¿Esto me resta o me suma a largo plazo? Cuando no hay coherencia interna, se generan estados de ansiedad o de emociones de baja vibración y esto produce congestiones energéticas y a largo plazo enfermedades físicas, como veíamos en el post anterior (que puedes leer aquí Cómo enferma nuestro cuerpo físico). Por lo tanto, desarrollar intimidad con nosotros mismos es fundamental para tener un buen estado de salud.
Bases energéticas
Ya llevamos viendo en post anteriores que los síntomas físicos están directamente relacionados con nuestros campos energéticos. La Bioenergética nos dice que tenemos bio-receptores de homeostasis en el cuerpo (señales de alarma o síntomas físicos) que se activan como consecuencia de congestiones energéticas en planos sutiles más elevados.
Aprender a leer estos síntomas, estas señales, es un camino interesante que podemos cultivar poco a poco si aún no estamos acostumbrados. Todos tenemos esa capacidad.
A veces hay una impotencia muy grande por no poder descifrar el lenguaje del cuerpo. Paciencia 🙂
Propuesta
Darme pequeños espacios de 3 minutos de silencio y escucha a lo largo del día, sin expectativas, es muy muy efectivo. Puede cambiar mi día por completo.
Cultivar el DARME CUENTA de cómo estoy tiene un gran efecto preventivo. Y 3 minutos son suficientes para saber si tengo alguna molestia, para conectar con alguna emoción que no me había dado ni cuenta o que no me atrevía a escuchar, para simplemente relajarme y salir de la hiperactividad e hiperestimulación tecnológica y conectarme con los tiempos de la naturaleza, para ordenarme.
(3 minutos)
- Cierra tus ojos
- Haz una respiración profunda cogiendo aire por la nariz y sacándolo por la boca
- Conecta con tu respiración natural
- Deja que emerjan sensaciones físicas que te llamen la atención
- Deja que emerjan emociones
- Deja que emerjan pensamientos
- No trates de cambiarlos, simplemente observa
- Quédate un poquito más, ahora sin centrarte en nada concreto y déjate sorprender
- Ahora sí, haz un par de respiraciones profundas y abre tus ojos a tu ritmo.
Puedes hacer esta práctica antes de empezar a trabajar en el ordenador, antes de las comidas, antes de salir de casa. Cultiva momentos de escucha interna cortos a lo largo de tu día y verás cómo empiezas a sintonizar con el lenguaje de tu propio cuerpo.
Al principio pueden aparecer resistencias a estos pequeños espacios de silencio. Es normal. Si hay cosas dentro de mí de las que escapo, puede ser muy incómodo parar a escucharme. Puede que esté escapando de ver algo de forma automática, sin darme cuenta. Ir probando esta práctica de 3 minutos a lo largo de mi día me va enseñando todo aquello que tapo. A más lo hago, más llevadero se vuelve. Al darle ese espacio a mis emociones, a mis otros cuerpos, permito que se expresen y cambien de forma. “A lo que te resistes, persiste” y lo que me permito y acepto, incluso expreso, cambia de forma.
Es una forma de avanzar hacia esa vida que quiero, dónde me cuido y me respeto. Cuando sé cómo estoy me puedo preguntar qué necesito y entonces está en mis manos elegir hacer A o B 😉 Ese es el gran regalo. Y para llegar aquí, no puedo coger un atajo, no me puedo saltar el primer paso: empiezo por escucharme unos pocos minutos a lo largo de mi día.
Shiatsu y escucha interna
El shiatsu (ver aquí de qué se trata) es un tratamiento corporal donde el terapeuta te acompaña darte ese espacio para ti, para escuchar tu cuerpo, para adentrarte en él profundamente y darte cuenta de cómo estás, cómo te sientes, qué te dices, qué necesitas.
En este post te invito simplemente a parar unos segundos, unos minutitos, lo que sientas, y cultivar el darte cuenta. Simplemente escucha, y los regalos empezarán a brotar. Veremos en próximas publicaciones qué puedo hacer con esa información. Te invito ahora durante el mes de julio simplemente a escucharte.
¡Feliz inicio de verano!