Entender la naturaleza de la enfermedad y la salud, de poco nos sirve si solamente nos centramos en la zona/órgano/sistema físico afectado, eso solo es el resultado de algo mucho más grande.
La respuesta a la desorganización de ese patrón enfermo se encuentra en el campo invisible.
Factores que influyen en nuestra salud
La medicina china habla de tres grandes bloques que condicionan nuestra salud:
- So In o Factores genéticos. La predisposición que tenemos a padecer estados de menos salud según lo que heredamos de nuestros padres y linaje, y por pertenecer a una raza determinada.
- Gai In o Factores externos. Englobaría nuestro modus vivendi, nuestros hábitos: condicionantes climatológicos, astrológicos, contaminación ambiental vinculada a la calidad de nuestra respiración, niveles de estrés en el trabajo, ejercicio físico, dieta, la calidad de nuestras relaciones sociales.
- Nai In o Factores internos. Se refiere a nuestro campo mental y emocional. Todo lo que abarca nuestro estado psicológico. La comunicación con nosotr@s mism@s. La medicina china contempla 5 emociones básicas: Tristeza, Miedo, Ira, Euforia, y Preocupación o exceso de reflexión. Estados prolongados de alguna de estas emociones altera el buen funcionamiento de nuestros órganos internos.
Los factores genéticos nos vienen dados. Encarnamos en un vehículo físico que es el que es. Sin embargo, poniendo conciencia podemos modificar la expresión de unos u otros genes modificando nuestros patrones de conducta (ver más en trabajos como el de Bruce Lipton). Es decir que podemos incidir en nuestros factores externos e internos, en nuestro modus vivendi y en nuestras creencias y emociones, con tal de propiciar un estado de salud óptimo.
La materialización en el FÍSICO empieza en un PLANO MÁS SUTIL
Des de mi visión terapéutica es fundamental entender cómo llega a enfermarse el cuerpo físico para poder acompañar un proceso de sanación. Toda la información que aquí describo, a parte de estar soportada por varios autores, la he vivido y lo sigo haciendo en primera persona en el camino de sanación de mi propio cuerpo físico.
Como vimos en posts anteriores (conoce cómo funciona tu campo áurico) la calidad de nuestro campo áurico depende de nuestras creencias y nuestras emociones. Cuando nos estancamos en patrones comportamentales de baja vibración (vergüenza, culpa, apatía, resentimiento, juicio, miedo, orgullo, incertidumbre, ver más en el trabajo de David Hawkins) esto genera condensaciones energéticas en alguno de nuestros cuerpos sutiles.
Si ese estado emocional de baja vibración que produce esta condensación energética en un plano sutil se mantiene el tiempo suficiente, entonces va cogiendo terreno en planos cada vez más densos, y finalmente se manifestará en el cuerpo físico en forma de síntoma (la Gestalt le llama retroflexión a este fenómeno). BUENAS NOTICIAS: ESTO NO SUCEDE DE UN DÍA PARA OTRO.
Recordemos que el cuerpo físico es el plano más denso, el más lento. La enfermedad tarda tiempo a manifestarse en el plano físico, y una vez instalada también es más lenta de cambiar y salir del cuerpo, que en otros planos más sutiles.
Estas congestiones energéticas también pueden suceder tras un shock traumático, que nos puede llevar a enfermar, a padecer contracturas físicas o a tener bloqueos digestivos, por ejemplo.
La enfermedad es multifactorial
La enfermedad física se instala de forma creativa en cada persona. Hay ciertas emociones que tienden a manifestarse como enfermedades similares en diferentes personas (ver el trabajo de Lise Bourbeau), pero estas relaciones no son absolutas. Hay muchísimos factores que determinan el lugar de estancamiento, el grado, y el tipo de manifestación de una enfermedad.
Cuando hay condensaciones en planos sutiles, esto predispone al cuerpo a estar más sensible ante los factores externos, de manera que un viento frío (factor externo) podrá llevarnos más rápidamente a un resfriado (síntoma o enfermedad) si llevamos tiempo en un estado de tristeza profunda (factor interno), por ejemplo. El detonante del síntoma físico puede haber sido un factor externo, pero el terreno ya estaba predispuesto a padecerlo.
Hay que considerar también nuestra genética y la sistémica familiar heredada (ver más en el trabajo de constelaciones familiares de Bert Hellinger).
La enfermedad es multifactorial.
Enfermedades repentinas y Remisiones espontáneas
Las enfermedades físicas no son repentinas. Surgen de la desconexión con nosotros mismos, de nuestros estados de “sordera”. Antes de que la enfermedad se aposente en el cuerpo físico, nos van llegando señales de planos más sutiles, tropiezos, despistes, olvidos, obsesiones, alguna mala digestión ya física pero leve, y tras muchas de estas señales finalmente la congestión energética invade el cuerpo físico para quedarse.
El cuerpo y el campo que nos rodea son nuestros grandes maestros, nuestros espejos, y allí se encuentran todas las respuestas. El cuerpo siempre te va a decir si te sientes bien o no. No hay más que estar presentes y atentos para detectar estos avisos a tiempo. Escuchar las primeras señales que nos manda el cuerpo y el entorno y atenderlas es clave, y para esto hay que estar en contacto con uno mismo, estar en el aquí y ahora. Y parece obvio, pero ¿cuántas veces lo dejamos de hacer? (Veremos en el post del mes que viene cómo empezar a leer estas señales para la prevención 😉).
Tampoco las “remisiones espontáneas” ocurren al azar. Los cambios de conciencia reordenan las estructuras físicas en nuestro cuerpo, por lo que cambiar mentes “enfermas” sanará cuerpos “enfermos” (Bruce Lipton).
Hay que tener en cuenta que el campo mental es un campo sutil más elevado que el físico, y que la reestructuración de la materia en el cuerpo físico denso conllevará un tiempo tras habernos dado cuenta de algo o haber modificado nuestra conciencia en el plano mental. Es decir, que abrir nuestra conciencia puede llevarnos a veces un segundo y sentir como sana nuestro físico tras ese “clik” puede llegar pasadas unas semanas, meses o incluso más tiempo.
Eso sí, cuando la estructura física mejora, esa memoria queda grabada hasta un nuevo cambio de conciencia.
¿Cómo nos ayuda el Shiatsu en nuestro estado de salud?
La enfermedad física es una congestión energética. Cuando el Ki, o energía vital, no fluye libre por el organismo, se producen estancamientos, contracturas, o bloqueos orgánicos. Que prolongados en el tiempo pueden enfermarnos.
EL SHIATSU NOS AYUDA A:
- Tomarnos ese espacio para parar y mirarnos. (Estar presentes)
- Tomar conciencia de nosotros mismos. (Detectar señales)
- Entrar en contacto con nuestros pensamientos, emociones y sensaciones físicas de manera más profunda, identificándonos con eso y a la vez viéndolo en perspectiva (desdoblándonos como observadores de nosotros mismos).
- Descongestiona zonas del cuerpo físico para propiciar el libre fluir del ki por el organismo y devolviéndole a un estado de equilibrio.
- Reordena la energía y entramos en estados más coherentes.
- Abre conciencia.
- Mejora dolencias físicas: contracturas y otros dolores digestivos, menstruales, migrañas.
- Mejora estados emocionales de estrés y ansiedad.
- Sentirnos más livianos, con más espacio.
(Para más información sobre las sesiones pincha AQUÍ)
Todos nuestros cuerpos sutiles y el físico están interrelacionados, son dinámicos y están en continuo cambio y crecimiento. Cuando trabajamos el físico también se reordenan el campo mental y el emocional. Cuando tocamos una tecla, las otras se reordenan. A más coherencia entre todas mis formas vehiculares, más alineamiento y menos enfermedad.
CONOCERSE Y ESCUCHARSE ES EL MEJOR REGALO… El cuerpo tiende a la salud, no hay más que atenderle.
En el post del mes que viene veremos algunas herramientas para abrirnos a la comprensión del lenguaje que habla nuestro cuerpo.
Mucho Ki!! Gracias por leerme!!
Si quieres investigar más sobre este tema te invito a leer autores como el biólogo Bruce Lipton, el psiquiatra David Hawkins, la científica y terapeuta Barbara Ann Brennan, la matemática y psicóloga holística Annie Marquier, la autora francesa Lise Bourbeau, o el trabajo con el agua del japonés Masaru Emoto, Todos ellos nos explican la importancia de la coherencia entre el campo emocional y el mental, para tener un buen estado de salud. Nos hablan del poder que tienen nuestras creencias en nuestra plasticidad biológica y nos enseñan como el poder de la intención del pensamiento influencia directamente sobre el campo energético y reorganiza la materia (el cuerpo físico). También el fundador de las constelaciones familiares Bert Hellinger, donde vemos la importancia de los patrones heredados de nuestro linaje, y cómo los miembros de la familia se influyen en su salud y en su conducta. O el astrólogo y seguidor de la filosofía advaita Andrés Zuzunaga que nos ayuda a poner conciencia a todas las corrientes energéticas a los que estamos sujetos.